lunes, 10 de marzo de 2014

Libre Albedrío



El libre albedrío es la capacidad del ser humano de elegir y poder tomar sus propias decisiones. Muchas organizaciones religiosas están a favor de ésta creencia pero también muchos librepensadores como Karl Marx, Frederick Nietzsche, Baruch Spinoza, entre otros.

El principio del libre albedrío tiene implicaciones religiosas, éticas, psicológicas, jurídicas y científicas. Por ejemplo, en la ética puede suponer que los individuos pueden ser responsables de sus propias acciones. En la psicología, implica que la mente controla algunas de las acciones del cuerpo, algunas de las cuales son conscientes. La existencia del libre albedrío ha sido un tema central a lo largo de la historia de la filosofía y la ciencia. Existen varios puntos de vista sobre si la libertad metafísica existe, eso es, si las personas tienen el poder de elegir entre alternativas genuinas.

El determinismo es el punto de vista según el cual todos los eventos son resultados inevitables de causas previas, de que todo lo que pasa tiene una razón de ser.

El incompatibilismo es el punto de vista según el cual no es posible reconciliar una creencia en un universo determinista con el verdadero libre albedrío. El determinismo duro acepta tanto el determinismo como el incompatibilismo, y rechaza la idea de que los humanos poseen un libre albedrío.

Lo contrario a esto es el libertarismo filosófico, que mantiene que los individuos tienen libertad metafísica y por lo tanto rechaza el determinismo. El indeterminismo es una forma del libertarismo que, según su punto de vista, implica que el libre albedrío realmente existe, y esa libertad hace que las acciones sean un efecto sin causa. La teoría de la agencia es una forma del libertarismo que mantiene que la elección entre el determinismo y el indeterminismo es una dicotomía falsa. Antes que voluntad, es un efecto sin causa, la teoría de la agencia sostiene que un acto de libre albedrío es un caso de agente-causalidad, por lo cual un agente (persona, el ser) causa un acontecimiento. Es una filosofía separada de la teoría económica y política del libertarismo. El libertarismo metafísico se llama a veces voluntarismo para evitar esta confusión.

El compatibilismo es el punto de vista que sostiene que el libre albedrío surge en el exterior de un universo determinista aún en ausencia de incertidumbre metafísica. Compatibilistas pueden definir al libre albedrío como el surgimiento de una causa interior, tal como los pensamientos, las creencias y los deseos. La filosofía que acepta tanto el determinismo como el compatibilismo se llama el determinismo suave.

Como sabemos, el ideal de los derechos del hombre ha tenido diversas justificaciones. En una de ellas, la iusnaturalista, el libre albedrío tiene una importancia primordial, pues no se puede hablar de derechos y deberes del hombre si éste carece de libertad interna. El tema del derecho natural se inscribe en ese caso como parte de un sistema ético, en el cual la presencia de la libertad es indispensable.

Observemos, por ende, que en este esquema la relación entre libertad interna (espiritual) y libertad social (física) -entendida como el respeto a los derechos del hombre- es clara y distinta. Una permite fundamentar a la otra.

No quisiera dejar de hacer una breve referencia al carácter religioso que presenta el tema de la libertad en relación con el Cristianismo. Con el advenimiento del Cristianismo,

la libertad interna alcanza, por obra de la Gracia, un carácter Sobrenatural, al cual podemos analizar en la distinción agustiniana entre Libertas Minor y Libertas Maior. La Libertas Minor es la libertad interna, tal cual la hemos descrito en este trabajo. Incluye la capacidad de optar por el mal moral. La Libertas Maior, en cambio, es la liberación del pecado. Y esa liberación se alcanza con el abandono del hombre a la Gracia de Dios, lo cual implica vivir en la Caridad, que es la virtud sobrenatural (infundida por Dios en el alma) por la cual se ama a Dios y al prójimo por el amor a Dios. Con esto la persona alcanza su más plena personalización y, por tanto, su más plena y gozosa libertad. Sobre todo, porque la Caridad implica, por definición, querer el bien para el otro, lo cual se entronca con la “liberalidad”, que es la capacidad de dar sin recibir. Ésta es una aparente paradoja: pues la generosidad, el “dar” es lo que máximamente recibe el hombre caritativo; con su entrega a Dios y al prójimo se perfecciona a sí mismo y actualiza sus potenciales como persona. Su “dar” es su “recibir”. De este modo, quien vive en la Caridad es máximamente libre, y máximamente “liberal” en cuanto generoso para con el prójimo. Vive libre del odio: tal es la más gozosa libertad y el camino y fin de la personalización.

Esta libertad Sobrenatural no contradice a la natural. En la concepción cristiana del catolicismo, lo natural y lo Sobrenatural se distinguen, pero no se contradicen. Esto surge de la vivencia del misterio de la encarnación: dos naturalezas, una finita (humana) y otra infinita (Divina) distinguiéndose, pero no contradiciéndose, en una sola persona Divina (el Hijo). Este equilibrio entre lo natural y lo Sobrenatural se transmite a otras esferas: equilibrio entre razón y Fe, entre libertad y Gracia, y, como importante derivación filosófico-política, entre estado e Iglesia. Esto explica el equilibrio entre libertad y Gracia: pues, así como lo Sobrenatural no anula lo natural, sino que lo supone y eleva, así la Gracia no anula la libertad, sino que la supone y la eleva. Y este equilibrio tiene una consecuencia importantísima: permite la afirmación de la dignidad natural del hombre, además de la dignidad Sobrenatural que se recibe en el Bautismo; y por ende permite la afirmación del libre albedrío como facultad natural del hombre no destruida por el pecado original. Las consecuencias filosófico-políticas de esta cuestión religiosa son importantísimas: debido a este equilibrio es que se puede afirmar una dignidad natural del hombre, más los derechos naturales que surgen del respeto a dicha dignidad, sin ninguna contradicción con la dignidad Sobrenatural y la libertad Sobrenatural que surge de la Caridad, esto es, la amistad Sobrenatural con Dios.

No se pretende, con éste trabajo, abarcar en su totalidad la esencia del libre albedrío. Solamente su parte mas necesaria para vislumbrar su alcance. Por lo que con todo esto me quedan las siguientes preguntas para reflexión:

¿Significa el libre albedrío simplemente la ausencia de coacción en los llamados actos voluntarios o se afirma con dicha expresión una verdadera y absoluta capacidad de elegir?

¿Se puede afirmar que la voluntad es libre para elegir, aún cuando observamos en nuestro entorno físico natural la dependencia de leyes mecánicas y deterministas de todos los fenómenos?

¿Qué significa el libre albedrío en el ámbito social, o qué valor tiene, si vivimos en una sociedad que impide ejecutar las elecciones libres de nuestra voluntad, una sociedad dictatorial, o simplemente autoritaria?

1 comentario:

  1. Felicidades, enhorabuena, gran trabajo el poder compartir tus luces, fraternalmente GEC.

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