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Los miembros de la Respetable Logia Simbólica Luz de Oriente No. 1, de Monclova, Coah. México |
El día 21 de Marzo pasado celebramos el 208 anniversario del natalicio de Don Benito Pablo Juárez García. Benito Juárez fué una persona como cualquier otra que se convirtió en abogado y político. Como ésto último llegó a ocupar puestos de importancia tales como Diputado del Congreso de Oaxaca, Secretario de la Defensa Nacional, Presidente de la Suprema Corte de Justicia, etc... Com ser humano también cometió errores, pero lo que nos interesa celebrar son sus aciertos, ya que éstos son la guía de un pensamiento liberal que nos lleve en orden a una era de progreso sin igual.
Benito Juárez creía en una patria libre y ordenada. Generosa
con sus ciudadanos educados y respetables, y fiera con los que infringen las
leyes de la nación. Benito Juárez vió la miseria del pueblo en que vivía, sus
padecimientos físicos y morales que en cualquier civilización se oponen a que
utilice los recursos que están a su alcance y la envilece.
Benito Juárez era consciente de que la PROPIEDAD y el TRABAJO
son las dos columnas fundamentales del progreso de cualquier- nación que se
precie de serlo. Y no era ajeno a las virtudes requeridas para lograrlo
adecuadamente: JUSTICIA, ORDEN, VIGILANCIA, ECONOMIA, PREVISION, CONSTANCIA,
EMULACION, INTREPIDEZ Y VERDAD. Con ellas lograremos los ideales masónicos de
Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Juárez creía tanto en éstos valores y estaba tan firmemente
convencido de la fuerza de ellos que, una vez capturado Maximiliano de
Habsburgo y habiendo sido sentenciado por el Presidente Juárez a muerte, el dramaturgo
escritor Francés Víctor Hugo, famoso por sus múltiples escritos, le pide a
través de una histórica misiva que perdone la vida de Maximiliano. Le dijo
Víctor Hugo: “Acaba Usted las monarquías con la democracia. Usted les mostró el
poder de ésta. Después del rayo, muestre la aurora. Al cesarismo que masacra
muéstrele la república que deja vivir. A las monarquías que usurpan y
exterminan, muéstreles el pueblo que reina y se modera. A los bárbaros
muéstreles la civilización. A los déspotas, los principios.”… “Hace dos años,
el 2 de diciembre de 1859, tomé la palabra en nombre de la democracia, y pedí a
Estados Unidos la vida de John Brown. No la obtuve. Hoy pido a México la vida
de Maximiliano. ¿La obtendré? Sí. Y tal vez en éstos momentos ya ha sido
cumplida mi petición, Maximiliano le deberá la vida a Juárez. ¿Y el castigo?
Preguntarán. El castigo, helo aquí, Maximiliano vivirá “por la gracia de la
República”. Juárez sin embargo sabía que la bala dirigida al usurpador
Maximiliano era el mismo proyectil de la libertad que Víctor Hugo pedía para la
cabeza de Napoleón III. Y contestó firmemente aquel reclamo al responder a la
misma súplica pronunciada en labios de una princesa arrodillada: “Aunque todos los reyes y todas las reinas
del mundo estuvieran en vuestro lugar, no podría perdonarle la vida; no soy yo
quien se la quita, son el pueblo y la ley los que piden su muerte; si yo no
hiciese la voluntad del pueblo, entonces éste le quitaría la vida a él y aún
tendría el derecho para exigir la mía”.
Benito Juárez proclamó que la soberanía, o sea, el derecho de
cada pueblo de dictar sus propias leyes, es la base del desarrollo de las
naciones. Y lo hizo efectivo al prohibir que un grupo al que la sociedad civil,
involuntariamente, le había entregado la guía de la moral del pueblo mexicano abusara
de ella, castigando sus privilegios al nacionalizar los bienes que lo hacían
tan poderoso.
El Benemérito de las Américas luchó para que los
ciudadanos fueran educados. Pero que fueran educados realmente en el
conocimiento que nos enseña a prevenir, en las ciencias que nos hacen entender
nuestro alrededor y las artes que elevan el espíritu y nos engrandecen el alma.
Es a través de la educación que lograremos enseñar a los ignorantes,
desenmascarar a los hipócritas y abatir a los ambiciosos. Tres piedras en
nuestro orden social que no nos permiten avanzar como ciudad, como estado ni
como país.
A continuación, dejo el discurso de Juan Gerardo Cruz Iglesias quien, siendo Orador en la Respetable Logia Simbólica Luz de Oriente No.1 y a nombre de ésta, fué el encargado de dirigir el discurso oficial en la ceremonia cívica realizada en Monclova, Coahuil, el día 21 de Marzo del 2014:
A Don Benito Pablo Juárez García.
(1806 – 1872)
21 de marzo de 2014.
Por: Juan Gerardo Cruz Iglesias.
"Libre, y para mi sagrado,
es el derecho de pensar… la educación es
el fundamento de la felicidad social, es el principio en que descansan la
libertad y el engrandecimiento de los pueblos"
Lic. Benito Pablo Juárez García.
Ciudadano Gerardo García
Castillo.- Presidente constitucional electo en este municipio.
Honorables miembros actuales de
nuestro republicano ayuntamiento.
Profesor Félix Alejandro
Rodríguez Ramos.- Subdirector de los Servicios Educativos de la Región Centro y
representante personal del Lic. Rubén Moreira Valdés, Gobernador Constitucional
del Estado de Coahuila.
Maestros y alumnos de las
distintas instituciones educativas.
QQ.´.HH.´. miembros de las muy
respetables logias simbólicas de la región.
Público en general que hoy nos honran con su presencia.
Anticipado el agradecimiento por
la invitación que el Republicano Ayuntamiento nos procura, me es cómodo
agradecer la presencia de todos ustedes para recordar una vez más el natalicio
de un hombre que por su obra fue, es y continuará siendo ejemplo para los
individuos de espíritu liberal,
sustentados en los más profundos razonamientos que intentan lograr justicia y
paz social.
Me ha sido conferido el honor de
dirigirme a ustedes en este cuadro de patriotismo en el que rendimos homenaje
una vez más al valor del Gran hombre que escribió en la historia de nuestro
país paginas imborrables que han trascendido con la misma fuerza desde su
escritura hasta hoy, hoy en que con breves pero orgullosas pinceladas de
respeto y admiración recordamos el 208 (ducentésimo octavo) aniversario de natalicio, del insigne patriota Benito Pablo
Juárez García.
Discurrir sobre su persona en
breve tiempo no es tarea sencilla, pues sus bastas acciones no se limitan a la
historia común que todos de memoria y brevemente conocemos…que fue un pastorcillo y cuidaba ovejas, huérfano a
corta edad y que auxiliados por grandes pensadores estudió y llegó a ser Presidente
de la República Mexicana.
Juárez, es mucho más que eso,
pues a través de cuantiosas
generaciones permanecen
vivas sus grandes conquistas obtenidas
con sudor y sangre para el bienestar del pueblo mexicano.
Benito Pablo, es el espejo de
nuestra gente, es el humilde que conquista por su valía, como jurisconsulto,
como gobernante, como masón que alcanzara el grado 33 en la Logia Universal.
La participación de Juárez en la
vida política cuenta con sus altibajos, la inserción a ella parece ser sencilla
pero aunque hoy lo recordamos con honores él fue perseguido por sus grandes
ideas de libertad, de igualdad y de orden, fue encarcelado y expulsado del país
por no estar de acuerdo a que se sobajara y que se aprovechara por parte de los
poderosos económicos y sus creencias de la ignorancia del pueblo.
Al paso del tiempo y después de
ocupar algunos puestos públicos finalmente llega a ser presidente y siempre
conservando su pensamiento liberal, de orden y de justicia.
Perteneciente al grupo liberal de
México y con el apoyo de sus simpatizantes,
expidió las Leyes de Reforma, que declaraban la independencia del Estado
respecto de la Iglesia, la ley sobre matrimonio civil y sobre registro civil;
la de panteones y cementerios, y el paso de los bienes de la Iglesia a la
nación.
Por su defensa de las libertades
humanas, defensa que sirvió de ejemplo a otros países latinoamericanos, fue
proclamado "Benemérito de las Américas", Por el Congreso de la
República de Colombia, Perú y Buenos Aires Argentina, de esta manera ellos
también rindieron homenaje a la grandeza del hombre.
"Es libre y sagrado para mí,
el derecho de pensar" -dijo Juárez- , "la educación es la base de la
prosperidad de un pueblo y el medio de evitar los abusos del poder". Fiel
a estas ideas, organizó una reforma educativa que se consolidó con la
publicación de la Ley de Instrucción Pública.
De esta forma orientó y
reglamentó la educación en todos los niveles y permitió la introducción de una
nueva visión en la formación educativa del siglo XIX, sustentada en la ciencia,
la valoración de las lenguas modernas, la historia universal y nacional, la
importancia del método científico y el acercamiento objetivo a las ciencias
humanas.
Jóvenes que hoy me escuchan,
padres de familia que permiten que mis palabras lleguen a su razón, no olviden
que La trascendencia de las obras del Benemérito de las Américas está marcada
por su congruencia, por su ejemplo de vida y por acción en la defensa de las
libertades humanas en un momento histórico marcado por la ambición del clero y
los conservadores, de la Guerra de Tres Años, de la Intervención Francesa y del
llamado Imperio de Maximiliano.
En uno de sus célebre discurso el
ilustre hombre expresó: "Mexicanos: encaminemos ahora todos nuestros
esfuerzos a obtener y a consolidar los beneficios de la paz. Bajo sus
auspicios, será eficaz la protección de las leyes y de las autoridades para los
derechos de todos los habitantes de la República. Que el pueblo y el gobierno
respeten los derechos de todos porque “Entre los individuos, como entre las
naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz".
"Confiemos en que todos los
mexicanos, aleccionados por la prolongada y dolorosa experiencia de las
comunidades de la guerra, cooperaremos en el bienestar y la prosperidad de la
nación que sólo pueden conseguirse con un inviolable respeto a las leyes, y con
la obediencia a las autoridades elegidas por el pueblo".
Juárez el Patriota, hizo de
México el culto mayor de su existencia, y su pueblo lo hizo el héroe máximo de
toda nuestra historia. Para él todas las patrias son dignas y grandes, no por
su extensión geográfica ni por la magnitud de sus recursos naturales; son
dignas y grandes por la aptitud de sus hijos para consumar hazañas de creación,
bajo signos de libertad, de paz y de concordia.
Hermanos mexicanos todos, que
esta celebración del 208 aniversario del natalicio de BENITO PABLO JÚAREZ
GARCÍA, se anide en su corazón, que sea inolvidable, pero más allá de esto, que
sea hoy el parte aguas para sumarnos en obra con acciones propias de libertad,
de justicia, de orden pero sobre todo de respeto con acciones propias de
reclamos de derechos pero sin olvidar nunca el cumplimiento de nuestras
obligaciones. Recordemos por siempre que nuestro derecho termina precisamente
en lugar exacto en donde inicia el de nuestros semejantes. Por tal razón que el universo se cimbre con
el eco de su inolvidable frase: “Entre los individuos, como entre las naciones,
el respeto al derecho ajeno es la paz".
Es cuanto.
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